>Marceline Hey, soy Marceline, ¿te acuerdas? La que te rodeó el cuello con la lengua el otro día en la reunión. ¿Estas ocupada? Quiero invitarte una copa y enseñarte algo que puede le guste a los tuyos. Velo como una reunión pseudo-seria, donde puede que no ocurra nada o puede que ocurra todo. Trae una amiga si quieres.
"Yyyyy... Enviar" Con un toque de su dedo y un pitido, el celular avisa que el mensaje fue correctamente recibido. Marceline esboza una sonrisa a recordar lo positiva que fue esa última reunión con las nobles, pero la mueca se esfuma al sentir como la cabeza se agita bajo su suela. Mira hacia abajo. "¿Ahora qué?"
Colegiala Hacker: P-Por favor, n-no lo volveremos a hacer...
"No me jodas. Los secretos bancarios son cosa seria. Si piensan que andar robando datos de las empresas no tiene victimas ni castigo, pues se equivocan. Por su tontería un montón de gente casi se queda sin trabajo... ¡Hmp!"
Otro empujón y la cabeza estalla como si pisara una calabaza. La banquera se limpia la suela en una pared cercana y se marcha, deja atrás una masacre en aquel escondrijo cyber-fan de Corea. La verdad es que no disfruta en exceso de matar chicas, especialmente si son lindas. Pero a veces cuando toca ponerse seria, hay que actuar sin divagar por caprichos.
Con el anterior mensaje la Von Karma invita a la Britannia a pasar la noche en un lugar que no revela, pero donde es necesario tomar un jet anfibio para llegar. Marceline se permitió el capricho de actuar misteriosa como un pedido de confianza a los imperialista, cuya representante espera en el aeropuerto.
Siendo una reunión pseudo-seria de aparentes negocios, la Von Karma está vestida con ropa más casual, como si fuesen al centro comercial, o al restaurante de la esquina.