>>2312<En la casa de SagitarioEl Delorean de Jacket sigue aparcado cerca de su hogar en Miami justo como la última vez que lo vio, y así se quedara hasta que termine el banquete, porque al rubio le prohibieron salir del Santuario por motivos de la celebración. Adeline le dice que tiene que enfocarse y entrenar.
"¿Le cuesta a las aves aceptar volar? ¿Le cuesta a los peces vivir bajo el agua? Tú pregunta es un poco ridícula. Y respira tranquilo, que no tienes un alma que pueda vaciar. Ninguno de nosotros la tiene, porque somos meras extensiones del Sol negro, padre glorioso y creador"
Tras una explicación algo ambigua por parte de la Von Karmita, Jacket se concentra en ese sentimiento depredador al que es tan afín. La cacería lo envuelve, lo viste con nuevas prendas y afila sus sentidos, y la sierra que deja caer penetra profundo en el suelo de piedra.
https://youtube.com/watch?v=66VnOdk6oto [Embed]Adeline observa el despliegue sin romper su expresión tranquila y asiente, confirma que ese ese es el Terror que representa Jacket.
"Eres un cazador que se mueve en la oscuridad como si fueran una, porque esas mismas sombras que te protegen son las que crecen en tus entrañas" Enfila hacia el soldado de la fortuna. "La cercanía de un Von Karma con sus ancestros, con la esencial del sol negro, de donde fluyen las aguas de nuestra esencia, aumenta su poder. Así que mírame, deja que la humanidad se escurra entre mis ojos y quede solo lo puro, entonces domina tus raíces" Clava la vista en la mirada de Jacket, y este se ve arrastrado hacia la negrura de los ojos de la pequeña. Devorado, el jardín ya no está, se encuentra en un espacio oscuro e infinito. Camina, y es imposible no hundir las botas en un pantano primigenio que lo cubre todo.
Explora, abandonado por la razón y guiado por el instinto de caza. Algo se mueve en la oscuridad, surgen siluetas y paisajes cuyo fulgor ominoso les hace visible durante instantes. Campos de batalla, bosques mudos, ciudades ahogadas, montañas donde reina la locura. Jacket explora aquel lugar inundado por el sentimiento de estar más cerca de casa que nunca, como si ese espacio corrupto significara la misma calidez que ser acunado contra el pecho de su madre. Las visiones el pasillo de un castillo, y bajo el umbral más cercano de esa fortaleza onírica aparece un caballero llevando una armadura de negro metal. El caballero sin mediar palabra desenfunda palabras y ataca con su espada a Jacket. Se enfrascan en una lucha, las armas chocan e iluminan con sus chispas los recovecos de aquel olvidado castillo. Jacket es más ágil, pero el caballero propijna tajos más potentes. La lucha se extiende unos diez minutos, hasta que en un último intercambio la sierra del rubio estalla en fragmentos, la espada del caballero sigue y se entierra hondo en las entrañas del cazador.
Acto seguido Jacket siente que es jalado hacia atrás, el espacio se distorsiona, y al siguiente segundo cae de espalda sobre la piedra del jardín de las raíces. El instinto ya deja de ser dominante, pasa de ser solo un cazador a ser Jacket de vuelta. Adeline se le queda mirando.
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