>>2554
>Alexandra
De vuelta con Alex y la judía, está última termina viendo un video de curiosidades, el cual no puede terminar por la intromisión de Alexandra, el vídeo es puesto en pausa y la palabra es retomada.

Sí, muy sorprendente, tan sorprendente como el mito falso de que los humanos tragamos arañas 8 veces al año mientras dormimos. ¿Si algo o alguien te interesa vas al grano? Pues ya era hora a decir verdad, tantas vueltas ya me estaban cansando, no te miento... Anda que curioso, yo igual era de hacer "coger y adiós" o "boom boom chao" como dicen las féminas españolas, pero ya no, la edad, supongo... ¿No alargar lo evidente? Ay sí por favor, que ya era hora.

Creo que si activas el sello no les harías mucho a mis monos, solo les quitarás las habilidades, porque técnicamente sus demonios se encuentran con ellos, más no dentro de ellos, kek, ¿O me equivoco?

Stranger por su parte intenta llevar su mano a la espada, pero Fischl le hace movimientos con el dedo para que no lo haga... Entiendo que de ser ese caso, lo mejor sería dar todo el potencial, aleja su mano de las espadas y se queda quieta, pero manteniendo la mano derecha cerca de su parche.

Si si, nunca usaste ninguna careta y fuiste el bastión de la sinceridad, en fin... ¿Pedirles tranquilidad? Huehuehue, la jefa de esta operación no soy yo, es Himeno, pero ellos sabrán que hacer... ¿El sello actúa de manera automática? Ooooooh, ya veo, en ese caso... Esta bien.

En tal caso entonces Kobeni tendría que ayudar a Alexandra ya que esta última no puede ser controlada y Kobeni no tiene pactos con ningún demonio, solo bastante agilidad, tengo que enemigos muy rápidos se han llegado a asombrar. (Sí, Alex tiene el pelo rojo, kek)

Alexandra se mantiene mirando al horizonte, obviamente se ha peleado antes con entidades, incluso de su misma especie/raza, pero nunca le ha tocado enfrentar a alguien que tenga el sello de Salomón, y en realidad le da algo de curiosidad por saber si puede ser controlada o no por dicho sello. Aunque la curiosidad mató al gato, así que ella no quiere ser dicho gato.