Repite la palabra con lentitud y una expresión de desconcierto, como si no supiera su significado o poco entendiera su uso en esa situación.
Quimera: No creo que mis orejas puedan ser... Eso. ¡Ah! ¡Y no soy un lord!
Agrega lo último con cierta sensación de alarma, como si lo patearan con la suficiente fuerza para caer sobre el señorial cuerpo de su líder Alphonse.
Quimera: La verdad es que yo no me diferencio mucho de estas amables, silenciosas, y olorosas personas. Pertenezco a la baja nobleza, también me ensucio mucho para mantener sanas a las flores de mi Lord, y algunos me llaman fenómeno. Pero aun no sé que tengo de fenomenal.
Tron: ¡Aquaman, yo te elijo!
Una exclamación llena de ímpetu corta la conversación. La Saga arroja su pokebola cryopod cerca de los barriobajeros, tras un fulgor azul, aparece un robot de tintes caricaturescos y una mirada en donde se nota una intensa y robotica pasión, semejante al de su creadora.
