... Realmente tampoco sabría decir si venir a este lugar fue voluntario, esta mañana se la pasó aseándose los cuernos en forma de gomitas pensando en su futuro en este tipo de carrera que le ofrecía la vida. Teniendo en cuenta de que los héroes ya debido a sus poderes eran temidos, uno obviamente se preguntaría como le iría a aquellas almas pobres que tienen una mutación como la suya, en el espejo veía a un chico de piel color ceniza grisácea, la parte de sus ojos que normalmente sería blanca, al compararla a los ojos de su abuelo quien es el que lo cuida desde siempre, estaba imbuida en un color amarillo y al intentar sonreír, una abominable serie de filosos dientes comparables a los de un tiburón se mostraban con falso orgullo. Y es verdad, Qrow recuerda su solitaria niñez en la que era marginado por los demás debido a su apariencia, jamás conoció a sus Padres así que no tenía a alguien en su misma situación además de su Hermano mayor, el que ya trabajaba como un Héroe y rara vez se ponía en contacto con su hermano menor a este punto de su vida.
("¿Quien necesita a ese idiota?") Su Abuelo siempre le ha impartido la lección de controlar su temperamento, pero era bastante complicado siquiera intentarlo, era su mecanismo de defensa después de todo, prefería enfurecerse antes de ponerse triste.
Luego de cepillarse los dientes hasta dejarlos lo menos amarillos posible escupe al lavabo y se da un baño antes de prepararse para su primer día de clases en la Academia.
(...)
Su Abuelo le ató la corbata de su Traje antes de dejarlo ir, justo enfrente de la puerta de su departamento, estaba lo suficientemente avergonzado como para hacerse la nota mental de jamás volver a descuidar su corbata otra vez. Luego de que le arreglaran su camisa un poco fue liberado para que pueda irse a seguir con sus estudios, aunque tampoco sin antes le pidieran por favor que no se metiera en ninguna pelea y que tampoco dudara en asistir con un profesor si está siendo antagonizado por alguien. El chico grisáceo solo accede de forma vacía antes de seguir a lo suyo.
(...)
Sus acompañantes en el autobús se mantuvieron silenciosos el resto del viaje, sintió miradas dirigidas hacia él como siempre, aunque eso es normal a estas alturas, independientemente de si de verdad lo observan ahuyenta esas supuestas miradas con una expresión amargada y agresiva por el resto del viaje. Ya al llegar a su destino observa unos largos minutos la estructura del edificio, tampoco era algo sorprendente, más allá de tener un diseño aburrido y monótono parecía realmente bien cuidada de las cicatrices del tiempo y su altura los cubría con una sombra agradable. Por otro lado estaban sus compañeros a su lado, prefería simplemente mantener distancia de todo como siempre hasta que nota a alguien interesante, su cabeza era la de una bomba, al menos eso era lo que podía interpretar de su extraña anatomía, tampoco iba a de repente sentir un sentimiento de hermandad al ver otro mutante por allí, pero se sentía levemente más relajado, aun así no sabe como hablarle igualmente, así que simplemente mantiene esa distancia por el resto de la espera.
