>>4650
<Kaibil
>El Mish (El Tímido)
En las selvas panameñas, justamente muy cerca de la frontera con la provincia de Colombia, se encuentra un pequeño campamento, en dónde hay un montón de guerrilleros haciendo guardia y pasando el rato, la comida se anda haciendo, las mujeres andan lavando y los fusiles se andan recargando... Todos eso sin sospechar que llevan varios días estando bajo furtiva vigilancia enemiga.

Mientras los guerrilleros comen, bailan y hacen alboroto, las fuerzas especiales del Kaibil permanecen como gárgolas en el ambiente, camuflados, como si hubieran nacidos en esos arboles que utilizan de atalayas, druidas fantasmas. Reniegan de cualquier acción que los delate, incluso algo tan simple y placentero como fumar un cigarrillo está estrictamente prohibido porque la luz de la punta podría delatarlos. La comida se come fría o cruda, y la conversación se limita a señas o imitar sonidos de distintos animales, todo en afan del triunfo de la operación.

Bajo ese rudo régimen, estudian el patrullaje y las guardias, la rutina, identifican cuantos hombres y mujeres hay en el campamento, que generalmente suelen ser la siguiente cantidad: Mucho más que ellos. Porque los kaibil, y en especifico el escuadrón de El Mish, tienden a viajar en grupos pequeños formados por hombres particularmente confiables.

Esa noche es la noche, se dispersan y colocan en puntos estratégicos, las copas de arboles más altos y gruesos desde donde pueden obtener una buena visión del perímetro. Y esperan... ¿Esperan qué? Pues el aviso. ¿Cual aviso? El disparo de quien los comanda. El Mish apunta a Adriana, que baila y da vueltas con aquel guerrilleros random... Espera, espera, espera... ¡Aprieta el gatillo!

Un disparo, la bala silba, vuela directo hacia la cabeza de la pelirroja. Pero oh, la casualidad, justo gira con su compañero de baile y la que termina con sesos ajenos embarrados por su cara, es ella.

"Tsk..." El Mish chasquea la lengua.

No importa, el resto de kaibiles disparan a matar, y el tímido vuelve a apuntar una vez más. Su rifle ruge de nuevo.