>>7537 <En Panamá El disparo lograba conectar con aquella mole de carne y hueso, pareciendo por unos breves momentos que apenas y había logrado causarle algo de daño, más sin embargo, e suficiente como para hacerle retroceder unos cuantos pasos hacías atrás... Poco contaba la Anti-Rain, no obstante, de lo que se avecinaba era mucho peor.
Cargando de vuelta su arma jalando el perno de la misma, a fin de colocar una nueva bala dentro de la misma, un potente y cercano disparo se escuchó, y, en plena recarga, un muy profundo, paralizante, y caliente dolor calo por todo su cuerpo. El disparo había impactado por su cuerpo, traspasando la bala en varias zonas delicadas del mismo, y lo que probablemente vieron ambos combatientes, era como la Anti-Rain de golpe escupía sangre por su boca, manchandose su boca y dientes con esta misma, como sus pupilas, progresivamente, se iban tornando más pequeñas, y más importante, como su ropa y camisa blanca, que habían tomado un leve tono negro debido a la suciedad, ahora estaban manchadas con el oscuro e innegable color escarlata de la sangre fresca.
La Ballista, ensangrentada, sencillamente cayó al suelo, perno afuera, saliéndose el resto de balas de la misma hacia el frío y duro concreto. La Anti-Rain, por su propio peso, cayó al suelo, intentando en vano de detener su sangrado, poniendo débilmente ambas manos encima de sus heridas, sin mucho éxito posible. Al caer, ladeó muy levemente la cabeza, en dirección hacia en donde debería estar su comandante, misma dirección en donde una niña pequeña, de piel pálida, saco negro largo, y una neutra expresión, tan solo le miraba no muy lejos de allí... Aquello tan solo era una mera visión sin más, no había niña, ni nada por el estilo, sencillamente, el frío abrazo de la muerte cirniendose sobre sus hombros, y arropando lentamente su cuerpo, mientras su sangre iba abandonando su cuerpo.
Mientras su respiración se pausaba lentamente, su visión se ponía vidriosa, y se preparaba para su más que aparente muerte, tan solo un pequeño recuerdo suyo con Omega saltaba hacia su cabeza, un recuerdo muy fugaz que apenas y duraba unos cuantos segundos, antes de la invasión azul. Ahí tirado estaba Jean, muerto y siendo devorado como comida, capaz y ese mismo destino le estaba esperando a su cadáver, incluso uno peor, pero, lo bueno es que estaba llevándosela la muerte nah, solo está cayendo inconsciente...
