>Ambas jovencitas peliazules mantienen sus saludos militares intactos y tan solo asiente una sola vez cuando escuchan el respectivo nombre de esos dos albinos, posteriormente esperan alguna orden de su parte pero lo único que reciben es una simpe indicación para seguirles, extrañadas lo hacen cruzando un pilar bastante común y corriente sin percatarse que de golpe habían dejado de estar en Sudamérica para llegar en cuestión de microsegundos al otro lado del charco, osease Crateria.
>Rápidamente las chicas se dan cuenta de la diferencia de sitios gracias a sus características Gaunas, pero la primera en alzar la voz es la muchachita de lentes por ser ella quien siente un pequeño espasmo en su placenta, es decir, en la bolsa de carne rosadita que lleva por detrás de su cabello y sobre su nuca, esa parte es donde normalmente vienen sus tentáculos y que utiliza para transformarse en una especie de mecha de carne pulsante ¡Pero bueno! Ella le jala la ropa a Tsugumi y le suelta su comentario con un tono incomodo mientras se acomoda sus gafas.
Tsumugi: ¿Huh? ¿D-Donde estamos? Esto ya no es Argentina ¿O si, hermana? R-Rayos, siento que "eso" quiere salir como m-método de defensa.
Negativo, no detecto el olor de los Vitalis y en si el aroma de este lugar es completamente diferente pero no te alarmes, seguro es parte de su recibimiento, así que controla todo impulso de tu placenta.
Tsumugi: B-Bueno... Teniendo en cuenta que aquí no estaré en peligro, tal vez mi instinto de sobrevivencia se calme, en todo caso, si me descontrolo, golpéame hasta dejarme inconsciente.
Por supuesto, eso no lo dudes.
>De pronto el chico de menor estatura les da la bienvenida formal haciendo que las dos peliazules giren su mirada hacia él diciendo al unísono una minúscula pregunta antes de continuar caminando detrás de esos albinos.